☼
Era una mañana
calurosa de verano.
Había quedado con
mi mejor amiga para ir de compras, pero tuve que inventarme la original excusa
de que estaba enferma para cancelarlo e ir a la playa con mi novio.
Nunca olvidaré
ese atardecer dorado en el cuál conocí a mi primer y único amor.
Fue en la famosa
playa llamada Las Salinas en Ibiza, hace mas o menos un año y medio.
Fui allí de
vacaciones con mi familia de parte de mi padre. Ibiza es realmente bonito,
sobretodo las playas.
Al tercer día,
por la mañana, me enfadé con mis padres, así que decidí ir a dar un paseo sola
para calmarme y para conocer un poco más aquel paraíso.
En ese mismo
paseo, me compré un bikini rosa fluorescente precioso, y pensaba estrenarlo esa
misma tarde.
Volví al apartamento
dónde estábamos alojados y me preparé mi bolso playero, me cambié, comí, y me
fui a Las Salinas, una playa en la que van famosos y personas importantes.
Pasé toda la
mañana tomando el sol y nadando por las aguas limpias y cristalinas de esa
playa que roza la perfección.
Al mediodía,
tenía mucha hambre, así que busqué el ‘chiringuito’ y pedí un bocata pequeño
para comer.
Cuando me lo
comí, volví al agua y empecé a nadar adentrándome cada vez más al mar.
De repente, no me
podía mover y me daban calambres a la barriga. Me estaba ahogando.
Abrí los ojos y
tosí escupiendo agua.
En el momento en
el que se me desentelaron los ojos, vi a un hermoso chico que no supe
reconocer.
Me presenté y me disculpé
por haberlo preocupado. Estuvimos hablando un rato y luego me invitó a un
helado.
Paseamos por la
playa y cuando me di cuenta, estábamos cogidos de las manos.
Seguimos hablando
sobre nuestras vidas y nos conocímos mejor. No sé porque tenia la sensación de
que podía confiar en él.
Creo que fue amor
a primera vista.
Nos detuvimos y
nos quedamos observando la preciosa puesta de sol.
Mientras el sol
se iba escondiendo bajo las montañas dejándolo todo dorado, me besó empezando así, una maravillosa historia de amor.
☼